Vertedero de negros en el desierto
"Europa apoya, financia y participa directamente en operaciones clandestinas en países del norte de África para arrojar a decenas de miles de negros al desierto o a zonas remotas cada año para impedirles llegar a la UE".
INMIGRACIÓN


Los derechos humanos no son para toda la humanidad
¿Por qué sospecho que los derechos humanos no son para toda la humanidad? Porque una reciente investigación del periódico El País y de la web Lighthouse Reports ha sacado a la luz cómo Marruecos, Mauritania y Túnez están utilizando los fondos de la Unión Europea para detener y desplazar forzosamente a inmigrantes y refugiados africanos hacia el vertedero de negros en el desierto. Esta investigación revela tácticas específicas empleadas por estos países árabes, que van desde la detención masiva de negros hasta su abandono en zonas desérticas, donde las condiciones son extremadamente adversas y peligrosas (Detenciones masivas y traslados forzosos: así se destierra con dinero europeo a migrantes en el norte de África | Internacional | EL PAÍS (elpais.com)). No creo que los dirigentes occidentales sientan vergüenza por las consecuencias de sus actos. Al contrario: los gobiernos occidentales están endureciendo aún más la política migratoria de la UE con su nuevo pacto sobre migración y asilo. El conocido como "el pacto de la vergüenza" que los ministros de Interior de 15 de los 27 socios de la UE están pidiendo endurecer más si cabe.
El informe detalla que los inmigrantes y refugiados negros son detenidos en redadas masivas en Marruecos, Mauritania y Túnez y luego transportados a áreas remotas en el desierto. En estas zonas inhóspitas, los detenidos son abandonados sin acceso a agua, alimentos o refugio adecuado, poniendo en riesgo su vida. Las condiciones extremas del desierto hacen que la supervivencia sea una lucha constante, lo que agrava aún más la crisis humanitaria en la región. ¿Crimen contra la humanidad? Probablemente no porque leída esta investigación, estos indeseables no forman parte del selecto grupo de los humanos.
Además, la investigación señala que España juega un papel significativo en esta estrategia de dispersión. El contexto histórico y político de la colaboración entre España y estos países africanos se remonta a acuerdos bilaterales y multilaterales destinados a controlar los flujos migratorios hacia Europa. La financiación de la UE, canalizada a través de estos acuerdos, está siendo utilizada para implementar políticas de detención y dispersión que violan los derechos humanos básicos de los migrantes y refugiados.
El informe subraya que estas prácticas no solo contravienen los principios de derechos humanos, sino que también cuestionan la eficacia y la ética de la política migratoria de la UE. La falta de transparencia y rendición de cuentas en el uso de estos fondos europeos es un punto crítico señalado por la investigación, que insta a una revisión exhaustiva y a una mayor supervisión para garantizar que los fondos sean utilizados de manera ética y efectiva.
En esencia, la colaboración entre El País y Lighthouse Reports pone de manifiesto una problemática compleja que requiere una respuesta urgente y coordinada por parte de la comunidad internacional, para proteger los derechos humanos y dignidad de las personas migrantes y refugiadas afectadas por estas prácticas.
Impacto en las Víctimas y Objetivos de la Estrategia
Las acciones emprendidas por Marruecos, Túnez y Mauritania, financiadas por la Unión Europea, han tenido un impacto devastador en las vidas de las personas negras que huyen de la pobreza, los conflictos y las persecuciones en sus países de origen. Estas medidas, diseñadas para evitar que los migrantes y refugiados lleguen a Europa, han creado un ciclo perpetuo de detención y desplazamiento forzoso. Este círculo vicioso mantiene a los migrantes en constante movimiento y en una situación de extrema vulnerabilidad.
Los testimonios de las víctimas revelan un panorama desolador. Muchos migrantes informan haber sido abandonados en zonas desérticas sin acceso a agua, alimento o refugio, lo que resulta en condiciones de vida inhumanas y, en muchos casos, en la muerte. Aquellos que sobreviven a estas circunstancias enfrentan la amenaza constante de ser detenidos y deportados una vez más, perpetuando su estado de inseguridad y desesperación (Marruecos, Túnez y Mauritania usan fondos UE para detener a migrantes y dejarlos en el desierto (huffingtonpost.es)).
Organizaciones de derechos humanos han condenado estas prácticas, calificándolas de violaciones graves a los derechos fundamentales. Amnistía Internacional y Human Rights Watch, entre otras, han documentado numerosos casos de abuso y han instado a la Unión Europea y a los países implicados a reconsiderar sus políticas migratorias. Según estos informes, las medidas adoptadas no solo son ineficaces para gestionar los flujos migratorios, sino que también agravan el sufrimiento humano y socavan los principios de solidaridad y humanidad que deberían guiar las políticas internacionales (Vertederos del desierto - Lighthouse Reports).
Además, estas medidas han tenido repercusiones en las relaciones internacionales y en los acuerdos entre la Unión Europea y los países del norte de África. Mientras que la UE busca externalizar sus fronteras, delegando la responsabilidad del control migratorio a estos países, las tensiones aumentan. Los gobiernos de Marruecos, Túnez y Mauritania, a menudo bajo presión para cooperar, enfrentan críticas internas y externas por su participación en estas prácticas. Esta dinámica compleja plantea desafíos significativos para la cooperación futura y la estabilidad regional.